Para el trabajo de Ciencias sociales elegí el libro “Enseñanza
Situada: Vínculo entre la escuela y la vida” de Frida Díaz Barriga Arceo porque
me pareció el más interesante de las lecturas sugeridas, y el título me sugería
el argumento de lo local versus lo
global, lo cual me generó curiosidad por conocer esa posición. Al comenzar a
leer el libro entendí que mi interpretación del título fue bastante errónea y
me encontré gratamente con un libro mucho más interesante de lo que imaginé,
con enfoques en la enseñanza muy afines a mi manera de concebir la enseñanza y
con la fundamentación y profundización necesaria a la hora de justificar nuestras
prácticas docente.
El libro está dividido
básicamente en cinco capítulos, en tres de ellos explica de manera clara y con
ejemplos aplicables a nuestras escuelas, la manera de trabajar la enseñanza
mediante el Aprendizaje Basado en Problemas, La enseñanza mediante Proyectos
Situados y Aprender en el Servicio a la Comunidad.
Díaz Barriga, pese a tomar
ideas de varios autores, se basa fundamentalmente en el pensamiento de John
Dewey que vincula el aprender y el hacer como acciones inseparables. Estos
enfoques constructivistas abogan por una educación que permita a los
estudiantes participar de manera activa y reflexiva en su cultura. Hay una
fuerte crítica a la escuela que no prepara a los alumnos para la vida, ni para
trabajar en comunidad con la sociedad.
Es importante aclarar que al
hablar de educación situada, no se reduce a lo concreto y particular, sino que
son situaciones que parten desde lo cotidiano, pero que se pueden generalizar y
ampliar, estas situaciones de aprendizaje permiten transferir lo aprendido.
Las tres modalidades de
trabajo en enseñanza situada se contraponen a la enseñanza tradicional que
confina al alumno a trabajar en su
pupitre, y propone la colaboración entre alumnos por sobre el individualismo
egoísta y la competencia destructiva entre compañeros.
Al vincular la escuela con
la vida real, se promueve el aprendizaje significativo, ya que las personas no
suelen recordar situaciones escolares formales, y estos enfoques promueven la
relación entre pensamiento y acción.
Otros puntos importantes en
el libro, son la evaluación,
conceptualizada como un ítem útil, y
no una mera formalidad; y el rol docente, que no se reduce al papel de maestro
de ceremonias o presentador, ni es el docente que explica todo y luego pretende
que sus alumnos repitan de manera idéntica. En la enseñanza situada, el docente
diseña las situaciones problema, propone en conjunto con los alumnos proyectos
o guía en el servicio a la comunidad. Esto requiere de un gran dominio
multidisciplinar por parte del maestro y una mayor planificación, pero el
resultado se ve reflejado en la adquisición de competencias por parte de los
educandos y por un real manejo de la enseñanza en cuanto a inteligencias
múltiples.
Como futuro docente este
libro me va a servir a la hora de fundamentar y justificar este tipo de
trabajos, a comprender dónde pueden surgir los errores más comunes al proponer
trabajos grupales, y además me da una perspectiva mucho más pragmática en
cuanto a la educación, y aprender a aprovechar más las situaciones que se dan
en el aula. Sin ir más lejos, y a modo de ejemplo, en el proceso de lectura de
este libro surgió una situación como practicante en la escuela, en la cual unos
niños propusieron llevar a cabo un pequeño proyecto de una puesta en práctica
de un debate, y este libro me sirvió a tener la cabeza más abierta para
permitir llevarlo a cabo, teniendo el respaldo teórico y ayudándome a pensar en
cómo y hasta dónde incidir y cuáles debían ser los espacios que ellos mismos
debían trabajar en conjunto para lograr su objetivo.
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