Biografía Gabriel García Márquez
Gabriel
José de la Concordia García Márquez (Aracataca, 6 de marzo de 1927- Ciudad de
México, 17 de abril de 2014) fue un escritor, guionista, editor y periodista
colombiano. En 1982 recibió el Premio Nobel de Literatura.
Está
relacionado de manera inherente con el realismo mágico y su obra más conocida,
la novela “Cien años de soledad”, es considerada una de las más representativas
de este movimiento literario e incluso se considera que por el éxito de la
novela es que tal término se aplica a la literatura surgida a partir de los
años 1960 en América Latina. En 2007, la Real Academia Española y la Asociación
de Academias de la Lengua Española lanzaron una edición popular conmemorativa
de esta novela, por considerarla parte de los grandes clásicos hispánicos de
todos los tiempos.
Fuente:
Wikipedia
Resumen de Cien años de soledad, Gabriel García Márquez
La
novela Cien años de soledad narra la trágica historia de la familia de los
“Buendía” que para el lector, comienza con el fundador del pueblo Macondo José
Arcadio Buendía y finaliza con la muerte de Aureliano, el último de los
Buendía. Entre estos dos personajes, se desarrollan las historias enmarañadas de
vida y muerte de familiares, hijos, nietos, hijos bastardos y allegados a esta
peculiar familia marcada por un destino fatal que termina de consumarse en el
final de la obra.
El
libro juega permanentemente en el plano del presente y del pasado y de cómo las
historias de todos los personajes van girando en espiral hasta que
eventualmente, desaparece por completo la estirpe de la familia Buendía.
Paralelamente
con el desarrollo de las historias familiares de los Buendía, podemos observar
el apogeo y la decadencia del pueblo de Macondo, que termina por desaparecer de
la faz de la tierra, junto con el legado de su familia fundadora.
A lo
largo de todo el texto descubrimos las semejanzas entre los diferentes
personajes, cuya nomenclatura, en ciertos momentos parece dificultar la lectura
(varios personajes se llaman de manera similar o incluso igual que otros) pero
este hecho comienza a tener sentido una vez que el lector se da cuenta que poco
importan realmente los nombres, sino que justamente las semejanzas tan
particulares entre los personajes, hacen que la importancia se centre más bien
en el total de los personajes de la familia y no tanto en sus historias
particulares.
Más
allá de esta dificultad de lectura, son muy interesantes las imágenes a las que
remite Gabriel García Márquez, evoca paisajes y situaciones que como lectores
nos transportan a lugares típicamente centroamericanos, en los cuales podemos
denotar las costumbres y la cultura latinoamericana más icónica de la región.
Por
otra parte, cabe destacar las metáforas que utiliza, muchas veces con un ligero
toque de humor y que en cierto grado son una crítica sutil a la sociedad, al
desarrollo y progreso tecnológico, a las relaciones humanas y a ciertos
fenómenos políticos a los que alude el escritor.
Párrafo elegido del libro:
“Cuando
Aureliano se lo dijo, Pilar Ternera emitió una risa profunda, la antigua risa
expansiva que había terminado por parecer un cucurrucuteo de palomas. No había
ningún misterio en el corazón de un Buendía, que fuera impenetrable para ella,
porque un siglo de naipes y de experiencia le había enseñado que la historia de
la familia era un engranaje de repeticiones irreparables, una rueda giratoria
que hubiera seguido dando vueltas hasta la eternidad, de no haber sido por el
desgaste progresivo e irremediable del eje.”
Creo
que este párrafo resume en cierta medida el libro. Habla de cien años de una
estirpe y de esos giros que se dan frecuentemente en la vida de los integrantes
de la familia Buendía, de cómo van repitiendo generación tras generación
ciertos hábitos y hechos que, como vaticina aquí Pilar Ternera, terminarán por
desgastar la rueda del destino irremediablemente hasta hacerlos desaparecer por
completo.
Secuencia narrativa con secuencia
descriptiva en la que haya discurso directo o indirecto
“Muchos
años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía
había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el
hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava
construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un
lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo
era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas
había que señalarlas con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una
familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea, y con un
grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos.
Primero llevaron el imán. Un gitano corpulento, de barba montaraz y manos de
gorrión, que se presentó con el nombre de Melquíades, hizo una truculenta demostración
pública de lo que él mismo llamaba la octava maravilla de los sabios
alquimistas de Macedonia. Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes
metálicos, y todo el mundo se espantó al ver que los calderos, las pailas, las
tenazas y los anafes se caían de su sitio, y las maderas crujían por la
desesperación de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse, y aun
los objetos perdidos desde hacía mucho tiempo aparecían por donde más se les
había buscado, y se arrastraban en desbandada turbulenta detrás de los fierros
mágicos de Melquíades. <<Las cosas tienen vida propia –pregonaba el
gitano con áspero acento-, todo es cuestión de despertarles el ánima.>>
José Arcadio Buendía, cuya desaforada imaginación iba siempre más lejos que el
ingenio de la naturaleza, y aun más allá del milagro y la magia, pensó que era
posible servirse de aquella invención inútil para desentrañar el oro de la
tierra.”
Este
fragmento forma parte de una secuencia narrativa, más específicamente en el
inicio del relato, en el planteamiento de una situación inicial.
Es
una secuencia narrativa porque consta de actores fijos, su acción afecta a
personas, o sea es de interés humano.
Por
otra parte, durante la narración hay una transformación, una situación inicial
que se está desarrollando en este primer fragmento y generará diversas
transformaciones a través del libro. Existe un proceso orientado y complicado
que implica un carácter temporal y una integración que finalmente desembocará
en su evaluación o moralidad en el final.
En
esta secuencia narrativa se inserta también una secuencia descriptiva, centrado
tanto en el pueblo de Macondo, así como en el personaje de Melquiades.
Describir
es representar a personas o cosas por medio del lenguaje, refiriendo o
explicando sus distintas partes, cualidades o circunstancias. De esta manera se
pueden representar objetos, ambientes o acciones. Para describir se puede hacer
una enumeración exhaustiva de las partes o cualidades de la cosa descrita, o
bien seleccionar un mínimo de elementos que pueden ser suficientes para su
caracterización.
En
la descripción nos topamos con una organización jerárquica, a partir de una
palabra clave o núcleo a la que se aplican uno o más predicados.
Ej. “Un
gitano corpulento, de barba montaraz y manos de gorrión.”
Además,
en este fragmento existe el discurso de tipo directo. Es contar lo que otro
dijo. Es el discurso de un enunciador citado por otro. Ese es el mecanismo del
texto conversacional en una narración. Al lector le llegan las palabras del
narrador, pero este se apropia de los discursos de los personajes y los cita de
diversas formas.”
<<Las
cosas tienen vida propia –pregonaba el gitano con áspero acento-, todo es
cuestión de despertarles el ánima.>>
Esta
es una cita textual, que se denomina discurso directo. El narrador se apropia
de las palabras del personaje y simula citarlas textualmente.
El
discurso directo (o estilo directo) es la forma de referir textualmente un
mensaje. Se marca gráficamente con líneas de diálogo o con comillas.
Fragmento en el que haya voseo, tuteo o
ustedeo.
“Un
día, irritada con la burla, Fernanda quiso saber qué era lo que decía Amaranta,
y ella no usó eufemismos para contestarle.
-Digo
-dijo- que tú eres de las que
confunden el culo con las témporas.”
En
el idioma español existen tres formas de lenguaje que podemos usar para
dirigirnos a otra persona: voseo, tuteo y ustedeo.
El
tuteo utiliza el pronombre "tú" para dirigirse hacia la otra persona.
Cuando
desaparece el Imperio Romano, la mayoría de las lenguas romances conservan el
voseo para indicar respeto y/o reverencia. En los siglos XIV y XV se produjeron
cambios económicos y estamentales, por lo que la forma te tratarse también se
vio modificada.
En
la España de 1500 "tú" era el tratamiento que se daba a los
inferiores o entre iguales con máxima intimidad. En otros casos aun de
confianza se empleaba el "vos”. Cuando se generalizó "Vuestra
merced", el "tú" recobró terreno en trato familiar, coexistiendo
con el “vos”, pero quedando instalado de manera mucho más fuerte en países como
México, Colombia, Venezuela y Panamá.
La
expresión “confundir el culo con las témporas” significa confundir dos cosas
que nada tienen que ver la una con la otra como lo es el trasero y la cabeza.
Fragmento para observar la gramática
textual.
“La
buscó sin piedad. Con la temeridad atroz con que José Arcadio Buendía atravesó
la sierra para fundar a Macondo, con el orgullo ciego con el coronel Aureliano
Buendía promovió sus guerras inútiles, con la tenacidad insensata con que
Úrsula aseguró la supervivencia de la estirpe, así buscó Aureliano Segundo a
Fernanda, sin un solo instante de desaliento. Cuando preguntó dónde vendían
palmas fúnebres, lo llevaron de casa en casa para que escogiera las mejores.
Cuando preguntó dónde estaba la mujer más bella que se había dado sobre la Tierra,
todas las madres le llevaron a sus hijas. Se extravió por desfiladeros de
niebla, por tiempos reservados al olvido, por laberintos de desilusión.
Atravesó un páramo amarillo donde el eco repetía los pensamientos y la ansiedad
provocaba espejismos premonitorios. Al cabo de semanas estériles, llegó a una
ciudad desconocida donde todas las campanas tocaban a muerto. Aunque nunca los
había visto, ni nadie se los había descrito, reconoció de inmediato los muros carcomidos por la sal
de los huesos, los decrépitos balcones de maderas destripadas por los hongos, y
clavado en el portón y casi borrado por la lluvia el cartoncito más triste del
mundo: Se venden palmas fúnebres.”
Referencia:
Pronombres o terminaciones de verbos que hacen referencia directa a otras
palabras en el texto. “Lo llevaron
de casa de casa en casa” el pronombre “lo” hace referencia a Aureliano Segundo.
“La buscó sin piedad” El pronombre
“la” hace referencia a Fernanda.
Elipsis: “Se
extravió por desfiladeros de niebla, por tiempos reservados al olvido, por
laberintos de desilusión.” Se mantiene el significado sin la necesidad de la
repetición formal de la palabra “Se extravió por desfiladeros de niebla, se
extravió por tiempos reservados al olvido, se extravió por laberintos de
desilusión.”
Recurrencia:
Palabras que se repiten en el texto que pueden tener que ver con el tema del
texto. En este caso la repetición de las palabras “Cuando” “Por” y “Buscó” que enfatizan
la idea de una búsqueda extensa y ardua en diversos lugares y por un tiempo
prolongado.
Conjunción copulativa:
Aunque nunca los había visto, ni
nadie se los había descrito. “Ni” conjunción que une palabras.
Marcador discursivo: “Así buscó Aureliano Segundo a Fernanda”
“así” es un conector de discurso que indica una causa.
Sinónimos: Desilusión,
desaliento - Tierra, mundo - Fúnebre, triste
Bibliografía:
Bassols
M. (1996) Modelos textuales / Material de Voseo, Tuteo y Ustedeo – Estela
Ascurrein / La puntuación en el discurso referido (II) - Carmen Lepre
(http://www.elcastellano.org/artic/clepre2.htm)
Como yapa, dejo un árbol genealógico para entender mejor el libro, lo encontré en Facebook luego de hacer el trabajo, pero para quienes les haga falta está muy bueno!
Como yapa, dejo un árbol genealógico para entender mejor el libro, lo encontré en Facebook luego de hacer el trabajo, pero para quienes les haga falta está muy bueno!